San Wilfredo de York | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
ca. 633 Reino de Northumbria | |
Fallecimiento |
ca. 709 Oundle, Northamptonshire | |
Religión | Iglesia católica | |
Educación | ||
Alumno de | Aidan | |
Información profesional | ||
Ocupación | Presbítero católico de rito latino y obispo católico | |
Área | Cristianismo | |
Cargos ocupados | ||
Información religiosa | ||
Festividad | 24 de abril | |
Atributos |
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Venerado en |
Comunión anglicana, Iglesia ortodoxa, Iglesia católica | |
Patronazgo | Middlesbrough, Ripon | |
Orden religiosa | Orden de San Benito | |
Wilfrid (escrito originalmente Wilfrith;[1] ca. 633 – ca. 709) fue un obispo y santo inglés. Northumbriano de familia noble, entró en la vida religiosa en la adolescencia y estudió en Lindisfarne, Canterbury, en la Galia, y en Roma; regresó a Northumbria alrededor de 660, y se convirtió en el abad del recién fundado monasterio de Ripon. En 664 Wilfrid actuó como portavoz de la facción Romana durante el Sínodo de Whitby, y se hizo famoso por su discurso en favor de la adopción del método romano para el cálculo de la fecha de la Pascua. Su éxito llevó al hijo del rey, Alhfrith, a nombrarle obispo de Northumbria. Wilfrid eligió ser consagrado en la Galia, debido a la falta de lo que él considera obispos válidamente consagrados en Inglaterra en ese momento. Durante su ausencia, Alhfrith parece haber encabezado una fallida rebelión contra su padre, Oswiu, poniendo en duda la validez del nombramiento de Wilfrid. Antes del regreso de Wilfrid, Oswiu había nombrado a Ceadda en su lugar, lo que llevó a Wilfrid a retirarse a Ripon durante unos años tras su regreso a Northumbria.
Tras convertirse en arzobispo de Canterbury en 668, Teodoro de Tarso resolvió la situación deponiendo a Ceadda y restableciendo a Wilfrid como obispo de Northumbria. En los siguientes nueve años Wilfrid desempeñó sus funciones episcopales, fundó monasterios, construyó iglesias y mejoró la liturgia. Sin embargo, su diócesis era muy grande, y Teodoro deseaba reformar la Iglesia inglesa, un proceso que incluía dividir las mayores diócesis en unidades más pequeñas. Cuando Wilfrid se enemistó con el rey Ecgfrith de Northumbria (debido a que defendía el uso romano contra las muy arraigadas costumbres de la iglesia anglosajona), Teodoro aprovechó la oportunidad para aplicar sus reformas, pese a las objeciones de Wilfrid. Tras ser expulsado de York por el rey, Wilfrid viajó a Roma para apelar al papado. El papa Agatón dictaminó a su favor, pero Ecgfrith se negó a acatar el decreto papal y en su lugar encarceló a Wilfrid a su regreso, antes de exilarle.
Wilfrid pasó los siguientes diez años en Selsey, donde fundó una sede episcopal y convirtió al cristianismo a los habitantes del reino de Sussex. Teodoro y Wilfrid resolvieron sus diferencias y el primero instó al nuevo rey de Northumbria, Aldfrith, a que permitiera regresar a Wilfrid. Aldfrith consintió, pero en el año 691 lo expulsó de nuevo. Wilfrid fue entonces a Mercia, donde ayudó a los misioneros y actuó como obispo para el rey de Mercia. Wilfrid apeló al papado sobre su expulsión en 700, y el papa ordenó que la cuestión fuera decidida por un concilio inglés. Este concilio, que se celebró en Austerfield dos años después, intentó confiscar todas las nominaciones de Wilfrid, y este viajó a Roma para apelar contra la decisión. Sus oponentes en Northumbria le excomulgaron, pero el papado le dio su apoyo, y recuperó la dirección de Ripon y Hexham, sus monasterios northumbrianos. Wilfrid murió en el año 709 o 710. Tras su muerte fue venerado como santo.
Hay división de opiniones sobre Wilfrid entre los historiadores. Sus seguidores encargaron a Esteban de Ripon la escritura de una Vita Sancti Wilfrithi (“Vida de San Wilfrid”) poco después de su muerte, y el mismo Beda también escribió extensamente acerca de él. Wilfrid vivió ostentosamente, y disponía de un séquito numeroso. Dirigió un gran número de monasterios, y afirmaba ser el primer inglés en introducir la Regla de San Benito en los monasterios de la isla. Algunos modernos historiadores le consideran principalmente un defensor de la costumbre romana, en contra de las costumbres de las iglesias Británica e Irlandesa, otros como un defensor de monacato.